Siempre me fascinó la manera en la que al conectar distintas máquinas en una red local podías disponer de una curiosa “supra-maquina”, compuesta quizás por tu última adquisición (la máquina mas rápida y potente), viejos y no tan viejos cacharros reciclados en: servidor web, streaming de audio, servidor de impresión… al descubrir los programas de control remoto me encontré sentado frente a una o dos pantallas que controlaban unas cuantas máquinas más. Al separar tareas específicas por cada máquina la estabilidad relativa llegó a mi red local.
En cualquier caso, la velocidad de transmisión de la red local me permitía tener esa sensación. 10, 100, incluso 1000 Mbps!… 11, 54 Mbps mediante conexión inalámbrica… podía incluso ver una película en el portátil almacenada en mi armario tecnológico apilado de maquinas, y sin cortes. Estaba en el cielo. Hice este pequeño esquema remarcando pues en verde lo que considero una velocidad de transmisión de datos satisfactoria.
Pensé entonces: Las redes locales de cualquier usuario están limitadas a conectarse entre sí mediante modem-routers que utilizan principalmente la línea telefónica, y necesariamente mediante los Proveedores de Servicios de Internet. Esta conexión no solo limita la velocidad de transferencia según la compañía disponga, en función de sus intereses (no es pues de extrañar la brecha digital que separa la ciudad del campo, obsoleta dualidad que se extingue en este siglo). Estos proveedores tienen además un amplio poder a la hora de negociar las condiciones de acceso a la red y cualquier objeción al respecto de las condiciones es sancionada activamente mediante corte o suspensión del servicio, limitando la capacidad de acción (acceso a la información) del usuario (cliente de un derecho constitucional reconocido por todos: el libre acceso a la información). Describo la situación actual tal como la imagino:
En este esquema, toda conexión entre máquinas y redes distintas debe pasar por el ISP necesariamente. La velocidad de conexión queda limitada a la tecnología disponible (permítanme el beneficio de la duda… digamos al que el ritmo de mercado manda), estableciéndose aquí un cuello de botella en la distribución de la información. En fin, el viejo y conocido esquema en el que todas las líneas pasan por un punto…
Observada esta curiosidad me centro en conectar plenamente las redes locales que tenemos. Dada la imposibilidad de unirlas físicamente la opción viable consiste en enlaces inalámbricos de media y larga distancia. Hemos hecho alguna prueba y no parece complicado, salvando las condiciones topográficas (es necesaria la visibilidad) en las que nos encontremos. El precio del hardware es relativamente barato. Cuestión de ir ampliando la red poco a poco. Todo esto está bastante bien para compartir archivos vía ftp entre las redes, todo un avance.
Esta opción permite a dos redes conectarse directamente prescindiendo del ISP. Nada nuevo bajo el sol. Hemos unido dos redes locales distantes mediante una conexión unidireccional. Según la red en la que se encuentra cada máquina tendremos uno o otro acceso a internet, en el caso del gráfico pertenecientes a la misma compañía. Siendo distintos y pudiendo tener con diferentes cualidades de envío y recepción de datos aportaría mayor flexibilidad.
Y entonces me pregunto: ¿podré conectarme a internet a través de estos puentes inalámbricos?… Tan solo imaginar la posibilidad me parece excitante. Demos una vuelta de rosca. Conectemos la red 1 a la red 2, y a su vez a la red n, y supongamos que la señal de internet 1 puede ser compartida por una máquina en la red n (decirlo es muy fácil, hacerlo…)
Aquí el panorama cambia. Si la hipótesis (o quizás conjetura) que supongo es cierta, a saber que la red local 1, la red local 2 y la red local n podrían enlazarse entre si, mínimo mediante dos conexiones de media o larga distancia, y permitir a las máquinas conectarse a una u otra red según fuera necesario. A primera vista no parece gran avance pues siempre debemos contratar un ISP para conectar a internet. Pero en realidad brinda bastantes posibilidades en cuanto operatividad desde el punto de vista de los usuarios. La red D, a 11 Mbps podría conectarse a internet a 3 Mbps por el ISP 1. El uso racional del ancho de banda podría determinarse entre varios usuarios, disfrutando de la posibilidad de conectarse a internet pese a perder “temporalmente” su servicio de acceso inmediato. Reparto de cargas y beneficios, asociación sin ánimo de lucro, hardware de andar por casa, y software por definir (no me cabe la menor duda que es posible. Todo es ponerse).
Y entonces me pregunto: ¿Es posible que todas las máquinas se unan en mediante WAN o Área de acceso inalámbrico? …una vez establecida la conexión entre redes, ¿podemos compartir y gestionar señal de internet o ancho de banda para equilibrar los desfases de calidad de acceso en determinadas zonas (por ejemplo, contratando internet en un núcleo urbano, a mayor velocidad, y repartiéndolo hacia el ámbito rural donde la señal nunca alcanza…)? ¿una red inalámbrica libre consistente en todos los aparatitos que los usuarios tenemos en casa?
En fin, no dudo que lo difícil es plantear la posibilidad de una asociación de semejante envergadura. Ahora bien, sin lugar a dudas podría representar la pérdida del monopolio de acceso a la información de los ISP, pudiendo derivar sus servicios y hacer un uso mas racional de ellos.
Redes… todo un mundo por caminar.
Tanaceto y la Información 